El periodista César Hildebrandt dio una vez más muestra de su irrenunciable libertad de prensa y dejó irrevocablemente los sets de RBC Televisión al prever la intención de Ricardo Belmont, dueño del canal, de dirigir al menos una parte de su programa a "los héroes anónimos del Congreso", del que éste forma parte como congresista accesitario. Ante la situación, Hildebrandt decidió cortar por lo sano. El problema es que se quedó sin pantalla y, aparentemente, no hay otra disponible. Hildebrandt ha pasado por todos los canales, excepto por el del Estado por razones obvias. Y en todos los casos, su salida ha tenido que ver con la intromisión, presunta o no, de los dueños del canal de turno en el contenido de su programa. Y aquí, aparentemente, la historia se volvió a repetir.
"En el canal 11 hay una especie de subordinación hacia las ideas de Ricardo Belmont. Por un mecanismo mental confuso, él supuso que mi programa tenía que integrarse a esa caravana que está avanzando hacia un proyecto que consiste en transformar RBC en un canal para congresistas", indicó a una emisora local remachando la declaración con una frase que lo caracteriza: "Jamás aceptaré trajinar con mi dignidad".
Mientras tanto se habla de conversaciones con Panamericana, un canal que ahora tiene la antena fría y que con la presencia de Hildebrandt la temperatura podría subir. Pero el periodista es tajante en señalar que no aceptará la conducción de una eventual nueva temporada de "Panorama". Tendría que ser un programa diferente y con total autonomía.
"Si fuera así probablemente aceptaría pero es una idea muy remota. Yo no creo que haya algún canal que me pueda hacer alguna propuesta seria en estos momento", ha declarado.
Hildebrandt no solo es un hombre de ideales sino un generador de corrientes de opinión. Su desaparición de la pantalla chica debe ser momentánea. Al menos muchos esperan que así sea.
